Nuestro ego es conocido por convencernos de que conocemos la verdad, que nos encontramos en el camino correcto (tanto literal como metafóricamente), o que no requerimos del apoyo de nadie. Pero estamos muy equivocados.
Ciertamente es fácil caer en estas mentiras; ellas crean una ilusión de seguridad dentro de nuestra zona de comodidad en donde podemos ignorar la posibilidad de que alguien más tenga información valiosa o una solución útil.
Muchos de nosotros permitimos que nuestro ego determine nuestra vida y que nos dé un falso sentido de plenitud (y en el peor de los casos, podemos llegar a pensar que tenemos derecho a todo y que somos más elevados que los demás).
Sin embargo, el ego no te puede acercar a otro Ser Humano ni a la Luz del Creador. El ego apoya el senti-miento de autoridad, el cual ocasiona la des-conexión entre los individuos.
Centro de Kabbalah México con pequeños ajustes de DC
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