Luego de conocer a su maestro, el estudiante inmediatamente comenzó a decirle todos los conoci-mientos que había adquirido en su viaje. Mientras el maestro escuchaba atentamente, le sirvió una taza de té al pupilo. El estudiante tomó un respiro de tanto hablar y observó que la taza se había llenado y sin embargo el maestro continuaba sirviendo.
"Maestro, mi taza está llena. ¿Por qué continúas
sirviendo?" preguntó el estudiante. "Eres muy parecido a esta taza" dijo
el sabio. "Tan lleno de conoci-miento que hay poco espacio para el creci-miento".
El estudiante había recibido su primera lección por parte de su maestro:
El comienzo de la sabiduría es saber que no sabes.
Esta lección es
especialmente importante para aquéllos de nosotros que ya estamos en un camino
espiritual. Luego de unos cuantos años de arduos estudios, generalmente sentimos
que hemos aprendido la verdad.
Esto quiere decir que pronto aprenderemos la verdad real: que siempre hay mucho más por aprender. Después de todo, si hemos aprendido todo lo que hay por aprender, o ya hemos aprendido bastante, ¿por qué continuamos teniendo interrogantes, problemas y caos en nuestras vidas?
Esto quiere decir que pronto aprenderemos la verdad real: que siempre hay mucho más por aprender. Después de todo, si hemos aprendido todo lo que hay por aprender, o ya hemos aprendido bastante, ¿por qué continuamos teniendo interrogantes, problemas y caos en nuestras vidas?
Existe un manantial espiritual que contiene todas las soluciones y
respuestas que buscamos en la vida, y se vuelve más accesible a través de
entender que no sabemos tanto como pensamos. Cuando pensamos
que entendemos más de lo que creemos, limitamos los obsequios inherentes de este
manantial.
Éste empieza a entregarnos su abundancia sólo cuando entendemos que no sabemos tanto como pensamos. Creemos que entendemos la ciencia, a nuestra pareja, a nuestros amigos, a nuestros hijos, pero en realidad existe mucho más por conocer. Siempre hay más por descubrir.
Éste empieza a entregarnos su abundancia sólo cuando entendemos que no sabemos tanto como pensamos. Creemos que entendemos la ciencia, a nuestra pareja, a nuestros amigos, a nuestros hijos, pero en realidad existe mucho más por conocer. Siempre hay más por descubrir.
Todos somos como
el estudiante cuya taza estaba muy llena con su propio pensar y con sus ideas y
creencias. Mientras más dejamos ir, más nos podemos abrir para entender incluso
las más grandes verdades.
Al saber que no sabemos, nos abrimos a
aprender mucho más!!!.
(Yehuda, con pequeños ajustes)
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