jueves, 24 de octubre de 2013

La mejor forma de anular a una persona

Cómo anular a una persona ("el pan de la vergüenza")

El peor daño que se le hace a una persona es darle todo. Quien quiera anular a otra solo tiene que evitarle el esfuerzo, impedirle que trabaje, que proponga, que se enfrente a los "problemas" (o posibilidades) de cada día, que tenga que resolver dificultades. 

Regálele todo: la comida, la diversión y todo lo que le pida. Así le evitará usar todas sus potencialidades que tiene, sacar recursos que desconocía y desplegar su creatividad. 

Quien vive de lo regalado se anula como persona, se vuelve perezosa, anquilosada y como un estanque de agua que por inactividad pudre el contenido. 

Aquellos sistemas que por "amor" o demagogia sistemáticamente le regalan todo a la gente, la vuelven las más pobres entre los pobres. Es una de las caras de la miseria humana: carecer de iniciativa, desaprovechar los talentos, potencialidades y capacidades con que están casi todos los seres humanos.

Quien ha recibido todo regalado se transforma en un indigente, porque asume la posición de víctima de que sólo se queja. Cree que los demás tienen la obligación de ponerle todo en sus manos, y considera una desgracia desarrollarse en un trabajo digno. 

Es muy difícil que quien ha recibido todo regalado, algún día quiera convertirse en alguien útil para si mismo. Le parece que todo a su alrededor son responsables de hacerle vivir bien y cuando esa "ayuda" no llega, "culpa" a los demás de su "desgracia" (no por anularlo como persona, sino por no volverle a dar). 

Sólo los sistemas más despóticos impiden que los seres humanos desarrollen toda su potencialidad para vivir. Creen estar haciendo bonito, pero en definitiva están empleando un arma para anular a las personas. 

Ana Cristina Aristizabal Uribe

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