"Habrá sangre, lo dicen, que la sangre trae sangre" William Shakespeare, Mcbeth
Todo es por una razón....
Al crear el hombre la noción de lo bueno y lo malo, lo perfecto y lo imperfecto, también ha creado las trampas llamadas culpabilidad y remordimiento que han hecho siempre tan difícil progresar en la vida. Pero yo te digo: cualquier cosa que hayas hecho a través de la virtud de tus muchas vidas en este plano nunca ha sido mala, ni tampoco buena. Ha sido simplemente una experiencia de la vida que te ha ayudado a llegar a ser quien eres ahora, y eso es, en verdad, la cosa más preciosa y maravillosa. Porque tú eres en este ahora, lo más grandioso que has sido nunca desde que empezaste este camino extraordinario, ya que tu sabiduría es mayor de lo que nunca ha sido.
Todo lo que tú has hecho, yo también lo hice. Y cada uno de tus errores, yo cometí los mismos. Y todo aquello que has juzgado en ti por carecer de fuerza y virtud, yo también lo juzgué. Pero yo nunca habría conocido la fuerza de mi ser si no hubiera conocido mi debilidad. Nunca habría amado la vida si no la hubiera visto desprenderse de mí. Y nunca habría sido capaz de abrazaros a todos vosotros si no hubiera despreciado la crueldad del hombre.
Cualquier cosa que hayas hecho, por vil o miserable que haya sido, la hiciste simplemente con el fin de crear un aprendizaje para ti mismo. Y a lo largo de ese aprendizaje te has dañado, dolido, entristecido, y te has degradado a ti mismo y, sin embargo, te has elevado por encima de ello, porque aquí estás ahora, dispuesto a conocer y abrazar la belleza que tú eres.
Ahora, ¿piensas que alguna vez te aventuraste a experimentar algo sabiendo que te haría daño o que ibas a fracasar? No. Siempre te has embarcado en cada aventura con gran curiosidad, interés y placer. Y aunque al principio el resultado era un tanto incierto, la emprendiste simplemente porque nunca lo habías hecho antes. La experiencia era nueva y excitante y querías aprender de ella. Y aunque la aventura pudo causar dolor, eso te ayudó a comprender la emoción llamada «dolor», lo que aumentó tu entendimiento de la vida. Así pues, esa experiencia tuvo un propósito en tu vida. Luego te embarcaste en la siguiente aventura que tu alma te impulsó a experimentar, para vivir otra aventura en la emoción y el entendimiento. Y eso te proporcionó más felicidad y realización en tu alma.
Cada cosa que haces, en el preciso instante en que la estás realizando, sabes en tu alma que la experiencia es buena para ti. Es sólo después de haber experimentado la aventura, y los sentimientos derivados de ella se han transformado en sabiduría, cuando averiguas que quizás lo hubieras podido hacer mejor o de otra forma. Pero nunca habrías sabido que había un mejor camino si no te hubieras embarcado primero en la experiencia y obtenido de ella la joya de la sabiduría. ¿Y debe alguien ser juzgado por eso? No, porque eso se llama inocencia, y también educación.
Nunca te sientas culpable de aprender. Nunca te sientas culpable de saber.
Debes entender que has hecho lo que necesitabas hacer; todo fue necesario. Y tomaste todas las decisiones acertadas, todas. Tú vivirás mañana y también el bendito día que le seguirá, y todos los siguientes. Y lo que descubrirás en esos días es que sabes más de lo que sabes hoy. Sin embargo, el día de hoy no es un error; te guiará hasta la eternidad.
No te aferres a un pasado y te sientas culpable de tus errores, que todo pasa porque asi tubo que ser para un creci-miento interior personal.
Madhu Devi Nath
Todo es por una razón....
Al crear el hombre la noción de lo bueno y lo malo, lo perfecto y lo imperfecto, también ha creado las trampas llamadas culpabilidad y remordimiento que han hecho siempre tan difícil progresar en la vida. Pero yo te digo: cualquier cosa que hayas hecho a través de la virtud de tus muchas vidas en este plano nunca ha sido mala, ni tampoco buena. Ha sido simplemente una experiencia de la vida que te ha ayudado a llegar a ser quien eres ahora, y eso es, en verdad, la cosa más preciosa y maravillosa. Porque tú eres en este ahora, lo más grandioso que has sido nunca desde que empezaste este camino extraordinario, ya que tu sabiduría es mayor de lo que nunca ha sido.
Todo lo que tú has hecho, yo también lo hice. Y cada uno de tus errores, yo cometí los mismos. Y todo aquello que has juzgado en ti por carecer de fuerza y virtud, yo también lo juzgué. Pero yo nunca habría conocido la fuerza de mi ser si no hubiera conocido mi debilidad. Nunca habría amado la vida si no la hubiera visto desprenderse de mí. Y nunca habría sido capaz de abrazaros a todos vosotros si no hubiera despreciado la crueldad del hombre.
Cualquier cosa que hayas hecho, por vil o miserable que haya sido, la hiciste simplemente con el fin de crear un aprendizaje para ti mismo. Y a lo largo de ese aprendizaje te has dañado, dolido, entristecido, y te has degradado a ti mismo y, sin embargo, te has elevado por encima de ello, porque aquí estás ahora, dispuesto a conocer y abrazar la belleza que tú eres.
Ahora, ¿piensas que alguna vez te aventuraste a experimentar algo sabiendo que te haría daño o que ibas a fracasar? No. Siempre te has embarcado en cada aventura con gran curiosidad, interés y placer. Y aunque al principio el resultado era un tanto incierto, la emprendiste simplemente porque nunca lo habías hecho antes. La experiencia era nueva y excitante y querías aprender de ella. Y aunque la aventura pudo causar dolor, eso te ayudó a comprender la emoción llamada «dolor», lo que aumentó tu entendimiento de la vida. Así pues, esa experiencia tuvo un propósito en tu vida. Luego te embarcaste en la siguiente aventura que tu alma te impulsó a experimentar, para vivir otra aventura en la emoción y el entendimiento. Y eso te proporcionó más felicidad y realización en tu alma.
Cada cosa que haces, en el preciso instante en que la estás realizando, sabes en tu alma que la experiencia es buena para ti. Es sólo después de haber experimentado la aventura, y los sentimientos derivados de ella se han transformado en sabiduría, cuando averiguas que quizás lo hubieras podido hacer mejor o de otra forma. Pero nunca habrías sabido que había un mejor camino si no te hubieras embarcado primero en la experiencia y obtenido de ella la joya de la sabiduría. ¿Y debe alguien ser juzgado por eso? No, porque eso se llama inocencia, y también educación.
Nunca te sientas culpable de aprender. Nunca te sientas culpable de saber.
Debes entender que has hecho lo que necesitabas hacer; todo fue necesario. Y tomaste todas las decisiones acertadas, todas. Tú vivirás mañana y también el bendito día que le seguirá, y todos los siguientes. Y lo que descubrirás en esos días es que sabes más de lo que sabes hoy. Sin embargo, el día de hoy no es un error; te guiará hasta la eternidad.
No te aferres a un pasado y te sientas culpable de tus errores, que todo pasa porque asi tubo que ser para un creci-miento interior personal.
Madhu Devi Nath
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