viernes, 14 de marzo de 2014

Superando la inseguridad


Recientemente, alguien me preguntó sobre la raíz de la inseguridad. Yo le respondí que sí, por un lado hay razones psicológicas que son la base para sentirse inseguro. Por ejemplo, quizás x, y, o z generé durante mi infancia, así que ahora soy inseguro en ésta o aquella área.

Sin embargo, desde un punto de vista metafísico, la razón por la que quizás nos sentimos inseguros en esta vida es porque hay ciertos niveles que no alcanzamos en vidas pasadas.

En cierta forma, es como si hubiéramos sido muy perezosos para alcanzar lo que pudimos haber alcanzado, así que cuando regresamos a este mundo, lo hicimos con un senti-miento agobiante de que no somos lo suficientemente buenos porque nuestra naturaleza espiritual sabe que pudimos haber hecho las cosas de manera diferente la última vez que vinimos. Por ejemplo, quizás hay personas que pudimos haber apoyado pero dijimos: -¡lo haré para la próxima!.

Bien, tienes que saber que ahora es la próxima.

Dicho esto, el propósito general de este tipo de inseguridad de hecho es una oportunidad. Si la usamos de la manera correcta puede apoyarnos a empujarnos a hacer más, a compartir más, y a continuar luchando para revelar nuestro potencial en este mundo.

Digamos que no quiero ir a una fiesta porque estoy inseguro y tengo miedo de que no le voy a gustar a nadie. Sin embargo, aquí está mi oportunidad para hacer algo diferente. Esto no significa que tengo que exagerar y ser la persona más extrovertida y sociable de la fiesta, pero sí significa que quizás debería decirme a mí mismo: Voy a ir a la fiesta y voy a ser la mejor persona que pueda ser. Esta vez voy a hacer las cosas diferentes (haciendo uso de la técnica de restringir y estirar).

La forma en la que podemos superar la inseguridad es empujarnos a decir: Puede que no sea tan bueno como mi hermano, pero soy tan bueno como mí mismo y puedo hacer lo máximo que pueda.

En la vida, en el momento en el que digamos: No puedo hacerlo o esto es muy difícil para mí, regresamos a la inseguridad con la que vinimos. Ahora, no estoy diciendo que deberíamos estar preparados perfectamente o que debemos ser los mejores de todo en todo. No obstante, lo que digo es que cuando hemos generado cualquier situación que representa un reto, el universo nos está dando la oportunidad de decir: Oye, ¿sabes qué? Quizás si pueda hacer esto. Déjame hacerlo de nuevo.



(Centro Kabbalah de Argentina con pequeños ajustes)

martes, 11 de marzo de 2014

Una prueba de certeza



La vida se trata de pruebas. Todos los días nuestra certeza es probada. Cuando nos acercamos a la espiritualidad, muchas veces nuestra vida cambia. Puede que hagamos nuevos amigos, y dejemos ir a viejos amigos. A veces las cosas mejoran, pero casi siempre las cosas se ponen más difíciles. Así como trabajamos por nuestro estado físico en el gimnasio, debemos trabajar por nuestra espiritualidad. Requerimos tomar las pruebas. 



Rav Shimón, el autor del Zóhar, pasó trece años en una cueva escapando de la persecución. Cuando salió, su cuerpo estaba atrofiado y lleno de heridas. Pero cuando su suegro se le acercó llorando al ver su cuerpo, él dijo: "Si no estuviera como estoy, no sería quien soy". En otras palabras, de no haber pasado por esa dificultad, no habría podido revelar la Luz para el mundo que logró revelar.

No creo que haya nadie en el mundo que podría decir que incluso si está lloviendo, nevando, granizando y tronando, su certeza siempre está ahí. No somos ángeles y la vida es difícil. Generamos situaciones, eventos que restan y suman, constantemente.

El punto es que aunque nosotros no tengamos la certeza en el momento, esto no cambia la certeza de la presencia de la Luz, que es inalterable. Si nos encontramos en una profunda desesperación, debemos saber que quizás el Creador está abriendo la puerta para nosotros en otro lugar, para que podamos convertirnos en la persona que estamos destinados a ser



Karen Berg (con ajustes propios).

martes, 4 de marzo de 2014

¿Que tipo de ego tengo?

Iván Durán Garlick (autor del libro “El Ego") indica que para evolucionar es necesario conocer qué tipo de ego predomina en la personalidad y trabajarlo e invita a revisar estas categorías y enterarse en qué clasificación se encuentra. 
Ego SABELOTODO: Es aquel ego que siempre cree tener la razón, le gusta dar consejos sobre todo, siempre contesta aunque no sepa, cree tener respuesta para todo, no se puede quedar callado. 
Ego INSACIABLE: Es el ego “centro de mesa”, no le gusta pasar desapercibido, hace cualquier cosa para llamar la atención. 
Ego INTERRUPTOR: Su necesidad de autorreferencia es tan fuerte que interrumpe permanentemente, nunca deja que los otros terminen de hablar. 
Ego ENVIDIOSO: Es el que no soporta los triunfos y éxitos de otros. Degrada a los que cree que son mejores que él. 
Ego PRESTIGIOSO: Es el ego que busca aplausos, reconocimiento y admiración en todo lo que hace. Siempre quiere ser el mejor. Frecuentemente les dice a los demás: “te lo advertí”, “yo sabía”, “te lo dije, pero tú nunca me escuchas”, etc. 
Ego JINETE: Se monta de lo que dicen otros. Se aprovecha de los datos de los demás para su propio beneficio. Saca partido de lo que otros dicen para estructurar sus propias intervenciones. Es copión y usurpador. 
Ego SORDO: Nunca escucha, le gusta hablar sólo a él, habitualmente finge escuchar. 
Ego MANIPULADOR: Es aquel ego astuto que siempre se las arregla, ya sea tergiversando, acomodando, engañando, mintiendo o justificando para que las cosas resulten siempre a su favor. 
Ego ORGULLOSO: Es aquel ego competitivo, discutidor, que no le gusta perder. 
Ego PREMENTAL (silencioso): Es aquel ego que calladamente tiene un discurso paralelo, es criticón, hipócrita y enjuiciador.
(fuente: http://www.elnuevodia.com/los10tiposdeegoqueexisten-1253402.html)

El Creador que todo lo es está entre nosotros


Siempre requerimos estar pendientes de qué quiere nuestro ego que hagamos. Debemos vigilarnos para que no doblemos en la esquina y digamos: "Nadie me va a ver", porque ¿sabes qué? El Creador está en todas partes en todo momento. El Creador incluso va al restaurante chino con nosotros los domingos. El Creador está entre nosotros.

Sin embargo, lo que es más importante para nosotros es que sepamos, con todo nuestro ser, que lo que sea que hagamos o dejemos de hacer hoy, mañana, o después, regresará a nosotros. 


Si podemos reconocer este hecho, entonces podremos crecer. Claro, en esa evolución y desarrollo puede que haya un dolor temporal, confusión y dificultad, pero si no crecemos, la alternativa es que nos estanquemos y nunca alcancemos la armonía, la paz y la plenitud. 

Karen Berg